Por Juan Felipe Lenis Echeverry (Padre de Familia CSM)
He estado inquieto en los últimos meses sobre lo que nuestras hijas entienden por el
sentido de pertenencia y como papá de tres hijos también me preguntó cuál es el mío y si
he logrado transmitir algo de ese sentido a ellos.
La familia es el núcleo primario al cual pertenecemos, sea esta la ideal, la del común o la
que no nos gusta. Somos hijos de alguien, y bueno como cristianos somos hijos de Dios.
Muchos tenemos ese orgullo de pertenecer a una familia, otros quizás no tanto, pero
pertenecen también a una.
El pertenecer al Colegio Santa María, nos hace parte de una comunidad. Estudiantes,
padres de familia, profesores, administrativos, exalumnas y proveedores, entre otros,
tenemos vínculos que nos identifican y nos hacen ser miembros, estemos conectados o
no con nuestra comunidad.
Mi hija mayor terminó hace unos dos años y lo que puedo decir es que de 94 niñas, 93
familias vivimos un Colegio Santa María que marcó nuestras vidas, que nos transformó a
todos y que hizo esa promoción 2021 una experiencia imborrable. Aprendimos a educar a
nuestras hijas para ser parte de una comunidad unida en pro de ellas y a soltarlas para
que emprendieran sus caminos. Si les preguntan a ellas o a nosotros sus padres qué se
siente, seguro más de uno responderá: orgullosos de haber pertenecido a la promoción
2021.
Fuimos un grupo muy numeroso, lleno de diferencias, sin embargo, aprendimos a
superarlas y a pensar que lo más importante era darles a ellas ejemplo de unidad y de
pertenencia.
La pertenencia la construimos desde los primeros grados y también supimos acoger a las
niñas que llegaron con los años. Pequeñas cosas y situaciones marcaron nuestro grupo,
especialmente las actividades deportivas, culturales, los bazares, la primera comunión, la
confirmación, las reuniones de integración y otros eventos, en donde nuestra participación
como padres les mostró la importancia de construir amistades y de lograr juntos metas.
También acompañarlas en las derrotas y tristezas, aceptando las diferencias naturales
que todos tenemos, y brindándoles herramientas para ser constructivas ante las
situaciones difíciles, no cómodas e incluso adversas, buscando que con sus opiniones,
comentarios y actuaciones evitaran ser destructivas, mal intencionadas o dañinas.
Hoy con mi pequeña de tercero, y su promoción 2031, ya hemos ido consolidando ese
grupo de niñas, padres y familias. Como familia esperamos construir también para ese
grupo un porvenir maravilloso, donde sabemos que habrá momentos difíciles y otros muy
alegres, esperando lograr que nuestra estadía y permanencia en el colegio sea también
un universo de experiencias.
Nuestra sociedad avanza a pasos de gigantes. Solo en lo que significa la inteligencia
artificial -el famoso -CHAT GPT – ya tenemos desafíos educativos nunca antes vistos, la
inmediatez de la información que puede ser muy útil para evitar grandes desastres pero
también desafortunada para acabar con la reputación o el buen nombre de una persona,
situación que vemos en el manejo de mensajes por Whatsapp, Tik Tok, Instagram, etc.,
hace que reflexionemos y antes de pontificar como dueños de la verdad, pensemos el
daño que podemos causar a una persona o a una comunidad con un comunicado por
cierto que sea.
El sentimiento de pertenencia es un aspecto fundamental en la formación de nosotros
como seres humanos. Nos identifica y nos da características -improntas- que nos hace
ser únicos. Nuestras hijas, incluso nosotros con el CSM tenemos características muy
especiales.
Invito a todos los miembros de nuestra comunidad a vivir y transmitir ese sentido de
pertenencia e identidad. Ha expresarlo y darlo a conocer con altura, con respeto, con
orgullo. Invito a todos los miembros a ponerse la camiseta; a acompañar a nuestras
estudiantes, a nuestras hijas así no sean las deportistas, en los eventos deportivos, a las
que nos representan en actividades culturales, musicales, de teatro o cualquier otra en
que una niña Santa María se atreve a mostrar sus dones. Estar ahí con ellas, así no sean
nuestras hijas, nos ayuda a conocernos, a resaltar que hay sacrificios y momentos en que
podemos vivir para ellas, más que para nosotros, así tengamos días de lluvia, o nuestras
actividades sean tan importantes que no podemos dedicarles un tiempo. ¿Qué son 14, 10,
5, 2 o un año en el colegio, cuando la vida escolar se pasa tan rápido, como un abrir y
cerrar de ojos?
La infancia y adolescencia de nuestras hijas pasa rápido, muy rápido y está se vive en el
colegio, con padres , familias, profesores, personal de servicios generales, etc., y lo
importante son las enseñanzas, los valores, y lo que queda; lo que también es como esa
personita se moldeó para tener ese sentido de pertenencia y esa identidad de sí misma, y
como a futuro podrá construir su vida, su familia, su hogar, su carrera profesional, su país.
Los que tenemos algún rol con el Santa María como estudiantes, padres, profesores,
empleados, etc., nos identificamos y pertenecemos por esas características tan únicas y
especiales al colegio, las cuales nos hacen ser de un grupo único y maravilloso, pese a
que podamos tener una diversidad de seres en nuestra comunidad, sin embargo todos
con identidades distintas logramos interactuar, coincidimos en algo, que es el bienestar
de nuestras hijas, de nuestras estudiantes. El conocer al otro logra que podamos convivir
y crecer, especialmente en un ambiente como lo es un colegio.
Nuestra responsabilidad como miembros de esta comunidad para afianzar nuestra
pertenencia e identidad es que aprendamos a reconocer nuestros logros, a expresarnos
libremente y a que nuestras contribuciones sean valoradas, a que nos sintamos cómodos
y hagamos sentir al otro cómodo, a que brindemos nuestro apoyo, y sepamos también
recibirlo, a que respetemos al otro y enseñemos a nuestras hijas y estudiantes a
respetarse y respetar a los demás; a tener una comunicación transparente y responsable,
a sentirnos valorados como personas y a valorar al otro.
Somos también una comunidad de fe, en la que nos alberga y cobija María, nuestra
patrona. Esto nos da una identidad propia y nos enseña a agradecer y a pertenecer a este
grupo humano.
Sentido de pertenencia e identidad como legado para nuestras estudiantes, para nuestras
hijas, pero también para nosotros como sus guías, seamos papás, profesores, directivos,
amigos, conocidos ha de ser una reflexión permanente y un lineamiento de vida con el fin
de lograr ser coherentes, buenas personas, buenos seres humanos, buenos padres,
buenas madres, buenos docentes, buenos empleados, buenos hijos, buenos abuelos,
buenos en general, construyendo así una identidad y una pertenencia CSM.